El reconocimiento lo hizo el jefe de Estado al Congreso de la República en pleno, durante la instalación del último periodo de sesiones ordinarias del Legislativo, donde rindió un informe de gestión del tercer año de su Gobierno.
En sus palabras, el mandatario aseguró que en el Congreso ya no se discute sobre “cómo caen 6.402 jóvenes bajo las balas oficiales solo para presentar cifras mentirosas de seguridad» ni de los nexos “entre los poderes estatales, la Fiscalía, el poder judicial o político en el Congreso o Ejecutivo, peor cosa, con los paramilitares,narcotraficantes».
Por el contrario, se discuten otras cosas que, según destacó, marcan una diferencia.
“Miren ustedes la diferencia. El Congreso de Colombia hoy discute de la reforma laboral, independiente a las posiciones políticas, amigos y amigas congresistas, aquí lo que ha habido es debate y ya no sobre el crimen, ya no sobre la muerte, sino sobre las reformas necesarias que necesita este país para ser una gran nación», aseguró.
Reiteró que “ahora debatimos sobre los problemas del pueblo y eso sí se llama democracia. A ninguno perseguimos, nos derrotan aquí, una y otra vez, y a veces triunfamos».
Recordó que su experiencia en su paso por el Legislativo muestra una diferencia frente a lo que se vive hoy y aseguró que “ya estamos en el tercer año de mi gobierno, no está el 30 % de los senadores presos. Diferencia sustancial, si es que queremos hablar de democracia».
Manifestó que una tercera parte del Senado “por obra de una Corte Suprema de Justicia histórica, fue a parar a la cárcel y algunos aún están presos» y recalcó que “a mí no me gusta la prisión ni la cárcel, la viví yo mismo como rebelde. Me gusta la verdad y hay quienes tiemblan. No deberían temblar».
Explicó que “por la verdad no se puede temblar si la conciencia es clara y transparente. Qué temor de que en Colombia haya justicia restaurativa».
Por esta razón, sustentó que la lucha contra la impunidad implica pensar más en la verdad que en el castigo, porque, a su juicio, “pensar en el castigo solo es pura y simple venganza».
Un Gobierno que no intercepta
En sus palabras ante el Congreso en pleno, el presidente Petro dijo que “aquí no hay nadie que pueda decir que el presidente de la República le dio orden al DAS o quien haga sus veces para interceptar unas comunicaciones de los congresistas de la oposición».
Tampoco, nadie que “pueda decir: ‘No, es que Petro le ordenó al DAS interceptar y poner unas señoras que llevaban el tinto a la sala penal de la Corte Suprema de Justicia para poner micrófonos debajo de la mesa y escuchar lo que decían los magistrados tratando de construir las sentencias que iban a acabar con la gobernanza paramilitar en Colombia’. Yo dediqué 10 años de mi vida aquí a demostrar, con nombre propio, a riesgo de mi vida, con pruebas que se tornaron judiciales después».
“Demostré aquí que estábamos bajo una gobernanza paramilitar y eso, amigos y amigas del Congreso, no se puede llamar una democracia. No se puede llamar una democracia cuando la oposición termina perseguida por el DAS», insistió.
Constitución del 91, una revolución
El mandatario aseguró que Colombia estuvo regida por más de un siglo por la Constitución de 1886, de la cual dijo que para muchas personas “sigue en su cabeza y en sus almas. No la han derogado en su espíritu. Siguen repitiendo la una y otra vez en discursos y están en el seno del pueblo y están en los tres poderes públicos».
De hecho, comentó que a esas personas “les parece que la Constitución del 91 fue hecha por subversivos, terroristas, que es comunista, que sabe a mal porque habla de pueblo y habla de justicia social y es populista dicen».
“Pues nosotros derogamos la Constitución de 1886. Fue un hecho y un acto histórico. No se había podido en un siglo», recordó.
Al finalizar su discurso, el mandatario al instalar las sesiones ordinarias 2025–2026, aseguró que “ojalá sean presidentes que salen, presidentes que llegan en las sesiones del Congreso admirable de la República de Colombia, que llegó para cambiar de época la historia del país, no más esclavitud, no más feudalismo, no más ignorancia, no más atraso, no más mentira».
“Empezó como gritó el 20 de julio el pueblo de Colombia, una república democrática y popular profundamente diversa y viva, el centro vital del planeta donde llegan los animales, el centro vital del planeta de donde sale la cultura, el centro vital del planeta que hace de Colombia el país de la belleza, el país la potencia mundial de la vida».