Desde el municipio de Ocaña en Norte de Santander, la directora general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Astrid Cáceres, se refirió a la situación humanitaria que se vive en la región del Catatumbo y que ha llevado al Gobierno Nacional a desplegar toda su capacidad institucional, situación que obliga al Estado a redoblar esfuerzos para atender a los niños, niñas, adolescentes, familias y comunidades afectados.
“Lo que siento es que es un momento crítico del país, nosotros no vinimos para irnos, nosotros y los demás funcionarios, vamos a seguir en el territorio para acompañar a cada una de estas personas afectadas”, insistió la directora del ICBF.
“Estamos ante una afectación en el conflicto armado que puede marcar la historia de vida de los niños del Catatumbo”, aseguró la funcionaria al insistir que “como Bienestar Familiar hemos desplegado varias de nuestras unidades móviles en el territorio y estamos encontrando algo sin precedentes y de cómo el conflicto armado puede afectar a los niños y niñas; estamos hablando de más de 1800 niños solo en Ocaña, de un grupo grande que se encuentra en Acarí, Teorama y Cúcuta”.
Así mismo, insistió en que “estamos aquí porque esta generación de niños necesita ayuda, y es el interés superior de ellos el que debe llamarnos al Estado a acercarnos, a cortar el circuito de guerra que se está viviendo en la región. Ayer nuestros equipos psicosociales nos dijeron que habían tenido que atender cerca de 19 niños en un solo día, estamos moviendo todo lo que tenemos para atender a esas familias y estos niños y niñas que no debieran vivir estas circunstancias”, puntualizó Astrid Cáceres.